Gracias al avance de las nuevas tecnologías se están desarrollando infinidad de soluciones que convierten a la madera en un material capaz de romper fronteras y derribar prejuicios. La madera tiene que luchar constantemente contra falsas ideas impuestas acerca de su naturaleza y su comportamiento, como la errónea creencia de qué es un material con escasa resistencia al fuego, con una mala estabilidad dimensional o con una durabilidad natural baja. Científicos de la Universidad de Maryland han desarrollado una madera que rompe con otro de los estigmas atribuidos injustamente hasta el momento: la madera es un material poco resistente. Gracias a sus estudios y su investigación se ha desarrollado la madera más resistente y dura que ha existido hasta la fecha.
El profesor Liangbing Hu encabezó esta investigación en su afán por encontrar materiales más sostenibles a la par qué eficientes. Gracias a su equipo se ha descubierto que, mediante un proceso simple y económico, se puede transformar cualquier tipo de madera en un material que sea más resistente que el acero, e incluso que algunas aleaciones de titanio de alta tecnología. Tanto es así que se ha probado su resistencia midiendo con éxito su capacidad de aguantar el impacto de proyectiles del tamaño de una bala disparados desde una pistola de aire balístico, utilizadas comúnmente para probar la resistencia al impacto de los vehículos militares. Este nuevo material podría suponer la eliminación de plásticos y metales en muchos de los elementos que utilizamos hoy en día pudiéndose emplear en la fabricación de vehículos, edificios, ordenadores, etc.
El proceso qué ha de seguirse para conseguir esta «súper madera» es en realidad sencillo. Consiste en una primera fase en la que se somete la madera a una solución química que elimina parcialmente la lignina y la hemicelulosa dejando intacta la celulosa de la madera. Posteriormente se comprime la madera tratada hasta que colapsen las paredes celulares. En esta segunda fasese debe mantener la compresión mientras se somete a la madera altas temperaturas. La combinación de presión y calor tendrá como consecuencia la formación de enlaces químicos entre átomos de hidrógeno y átomos de las nano fibras de la celulosa lo que va a fortalecer y endurecer el material.
Como resultado, se obtiene un material doce veces más duro que la madera natural y diez veces más resistente. A esto se le añade que, al tratarse de madera comprimida, es más fina que la madera maciza, por lo que se suma la condición de ser un material ligero y liviano. Esto es algo muy interesante a tener en cuenta ya que, en industrias donde el peso del material sea determinante, como pudiera ser la construcción de vehículos, se abaratarían los costes con un material que pudiera ofrecer las mismas prestaciones que se exigen actualmente. La madera densificada tiene además otra ventaja y es que no requiere adhesivos caros que también pueden hacer que los componentes sean difíciles, si no imposibles, de reciclar.
La madera densificada ofrece nuevas posibilidades de diseño y usos. Además, este proceso se puede llegar a emplear en prácticamente cualquier especie de madera, incluso en las más blandas, como la madera de balsa. De este modo, se pueden aprovechar especies de rápido crecimiento, obteniendo de un material de alta resistencia adecuado para la mayoría de las industrias en las que actualmente prevalece el acero, pero con un carácter más sostenible. Esta madera es hasta el momento la madera más resistente que se haya desarrollado. El equipo científico está ahora inmerso en agilizar el proceso de producción para que comience a introducirse en el mercado como una alternativa más ecológica y sostenible a muchos otros materiales.